Blogia
Borrar la memoria

El tren reposa en la Alameda. El horizonte naufraga en el vaso de luz que lo contiene y cada tarde tenemos que trazar nuevamente los caminos, volver a poner las vías, reforzar los cruceros. La estación del ferrocarril permanece callada en algún lugar de la memoria. Nada se mueve, sólo la locomotora que navega sin ancla sobre los siete desiertos que le aguardan.

0 comentarios