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Borrar la memoria

Cada uno de mis libros es un relato inconcluso en la que narro un periplo, un viaje que todavía no acaba y en el que ya son evidentes las huellas del cansancio. Viajo con una lluvia en la memoria y una tormenta en el bolsillo. A veces uso, para construir la bitácora, un lenguaje más bien denso. Como la Sibila, no digo, sólo sugiero. Me acerco a los sucesos con sigilo. Utilizo la figura y la metáfora como una seña segura de respeto. Otras veces digo con descaro las cosas como son, con la simpleza y la confianza de quien redacta, solo, para conversar con el silencio. Así te cuento mi dolor de piernas y una mañana de domingo que resbala lentamente por los muros. Te digo también la crueldad del asesino y del poder que medra entre las sombras, y la inefable belleza del desierto.

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